La decisión de comprar una vivienda representa uno de los hitos financieros más importantes en la vida de cualquier persona. El dilema entre adquirir una propiedad de obra nueva o una vivienda de segunda mano surge inevitablemente durante este proceso. Ambas opciones presentan características distintivas que pueden resultar más o menos ventajosas según las circunstancias personales, necesidades específicas y capacidad económica del comprador. El mercado inmobiliario español ofrece un panorama complejo donde factores como ubicación, calidad constructiva, eficiencia energética, fiscalidad y potencial de revalorización juegan papeles fundamentales en la toma de decisiones.
Análisis comparativo de costes: obra nueva vs. segunda mano en el mercado inmobiliario español
El factor económico suele ser determinante al elegir entre vivienda nueva o usada. Según datos del Consejo General del Notariado, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda nueva en España supera en aproximadamente un 30-40% al de la segunda mano, con diferencias que se acentúan especialmente en las grandes capitales. En Madrid, por ejemplo, el coste medio del metro cuadrado de obra nueva ronda los 3.900€, mientras que en segunda mano se sitúa en torno a los 2.800€, dependiendo de la zona y las características específicas del inmueble.
Esta diferencia de precio inicial puede resultar engañosa si no se consideran otros factores económicos relevantes. La vivienda de segunda mano suele requerir inversiones adicionales en reformas y actualizaciones que pueden incrementar significativamente el presupuesto total. Según estimaciones del sector, una reforma integral puede suponer entre 500-900€/m², dependiendo de la calidad de los materiales y la complejidad de los trabajos. Por el contrario, las viviendas nuevas se entregan listas para habitar, con garantías legales que cubren posibles defectos.
La fiscalidad también juega un papel crucial en la ecuación económica. La compra de vivienda nueva está gravada con el IVA (10% actualmente), mientras que la adquisición de segunda mano tributa mediante el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), cuyo tipo varía según la Comunidad Autónoma, oscilando generalmente entre el 6% y el 10%. Esta diferencia puede representar un ahorro considerable dependiendo de la localización y el valor de la propiedad.
La evaluación económica completa debe considerar el coste inicial, la fiscalidad, los gastos de reforma y el mantenimiento a largo plazo. Solo así se obtiene una imagen real del desembolso total asociado a cada opción.
Un aspecto frecuentemente subestimado en este análisis comparativo es el coste energético a largo plazo. Las viviendas nuevas, construidas bajo estándares actuales, proporcionan ahorros significativos en consumo energético que pueden suponer entre 500-1.200€ anuales dependiendo de la zona climática y el tamaño de la propiedad. Esta diferencia acumulada durante la vida útil del inmueble puede compensar parcialmente el sobrecoste inicial de la obra nueva.
Características técnicas y calidad constructiva de la obra nueva en 2023
La calidad constructiva de los proyectos de obra nueva ha experimentado una notable evolución en los últimos años, impulsada tanto por la exigencia normativa como por la creciente demanda de viviendas más eficientes y saludables. El nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) ha establecido estándares significativamente más elevados en materia de aislamiento, eficiencia energética, calidad del aire interior y protección frente al ruido, configurando propiedades técnicamente superiores a las construidas hace apenas una década.
Los sistemas constructivos actuales priorizan la durabilidad y el mantenimiento reducido. Las fachadas ventiladas, los sistemas de impermeabilización avanzados y las estructuras calculadas con métodos informatizados ofrecen mayor resistencia y longevidad. Además, los materiales empleados tienden a ser más respetuosos con el medio ambiente, incluyendo opciones con bajas emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COVs) que contribuyen a crear ambientes interiores más saludables.
Según datos del Observatorio de Vivienda y Suelo, aproximadamente el 65% de las viviendas nuevas terminadas en 2022 obtuvieron calificaciones energéticas A o B, frente a menos del 5% del parque inmobiliario existente. Esta diferencia sustancial se traduce en mayor confort térmico, mejor calidad del aire interior y facturas energéticas significativamente reducidas para los propietarios.
Estándares energéticos y certificación CTE en promociones de madrid y barcelona
Las grandes promociones en Madrid y Barcelona están estableciendo nuevos estándares en materia de eficiencia energética, superando frecuentemente los requisitos mínimos establecidos por la normativa. La competencia entre promotores ha generado una carrera por ofrecer viviendas cada vez más eficientes, con calificaciones energéticas A y sistemas constructivos avanzados que minimizan la demanda energética.
En Madrid, diversas promociones en desarrollos como El Cañaveral o Valdebebas incorporan ya criterios cercanos al estándar Passivhaus , con demandas energéticas extremadamente reducidas. Estas edificaciones utilizan vidrios de baja emisividad, carpinterías con rotura de puente térmico y sistemas de ventilación con recuperación de calor que permiten mantener una temperatura estable con un consumo mínimo de energía.
Por su parte, Barcelona ha sido pionera en la implementación de ordenanzas municipales que van más allá del CTE, exigiendo mayor proporción de energía renovable y mejores prestaciones en aislamientos. Promociones en zonas como el 22@ o La Marina del Prat Vermell destacan por la incorporación de BIPV
(Building Integrated Photovoltaics) y sistemas de gestión inteligente que optimizan el consumo energético en tiempo real.
Materiales y sistemas constructivos innovadores: aerotermia, domótica y aislamiento
La innovación en materiales y sistemas constructivos constituye uno de los principales valores añadidos de la obra nueva actual. Los sistemas de aerotermia, que aprovechan la energía ambiental para climatización y agua caliente sanitaria, se han convertido prácticamente en un estándar en las promociones de gama media-alta, ofreciendo rendimientos tres o cuatro veces superiores a los sistemas convencionales. Este sistema permite prescindir del gas natural en muchas viviendas nuevas, alineándose con las políticas de descarbonización.
En el ámbito del aislamiento, los materiales tradicionales como la lana mineral conviven cada vez más con opciones avanzadas como los paneles de vacío ( VIP
), aerogeles o aislamientos reflectivos multicapa. Estos materiales ofrecen prestaciones superiores con espesores reducidos, maximizando la superficie útil de la vivienda mientras proporcionan niveles de aislamiento excepcionales.
La domótica ha dejado de ser un elemento de lujo para convertirse en una característica común en viviendas nuevas. Los sistemas de control inteligente permiten gestionar eficientemente la climatización, iluminación y persianas, adaptándose a los hábitos de los ocupantes. Según la Asociación Española de Domótica, el 40% de las viviendas nuevas incorporan algún tipo de sistema domótico, frente a menos del 5% del parque inmobiliario existente.
Personalización y acabados premium: casos de éxito en promociones de aedas homes y vía célere
Las principales promotoras nacionales han comprendido el valor de la personalización como elemento diferenciador en un mercado cada vez más competitivo. Aedas Homes ha desarrollado su programa "Aedas Experience", que permite a los compradores personalizar numerosos aspectos de su futura vivienda a través de una plataforma digital interactiva. Este sistema facilita la visualización realista de las diferentes opciones, desde distribuciones alternativas hasta acabados concretos, ofreciendo una experiencia similar a la configuración de un vehículo de alta gama.
Vía Célere, por su parte, ha implementado el concepto "Live Célere", que además de personalización, incorpora servicios adicionales como espacios de coworking en las zonas comunes, huertos urbanos o preinstalaciones para recarga de vehículos eléctricos. Su enfoque se centra en crear comunidades con valor añadido, donde la vivienda es solo una parte de un ecosistema más amplio.
Estos modelos de personalización están transformando la relación entre promotor y cliente, pasando de un producto estandarizado a una experiencia participativa donde el comprador se implica activamente en el diseño de su futuro hogar. Esta tendencia hacia la personalización se refleja también en los acabados, con un incremento significativo en la calidad de los materiales ofrecidos como estándar y una gama cada vez más amplia de opciones premium.
Garantías legales y seguros específicos en la compra sobre plano
La compra de vivienda sobre plano está protegida por un marco legal específico que ofrece importantes garantías al comprador. La Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) establece tres períodos de garantía que cubren diferentes aspectos de la construcción: un año para acabados, tres años para habitabilidad y diez años para defectos estructurales. Estas garantías se materializan a través de seguros obligatorios que debe contratar el promotor.
Adicionalmente, las cantidades entregadas a cuenta deben estar garantizadas mediante aval bancario o seguro específico, protegiendo al comprador en caso de que la promoción no llegue a buen término. Esta protección resulta fundamental considerando que los pagos anticipados pueden representar entre el 20% y el 30% del valor total de la vivienda.
Un aspecto frecuentemente desconocido es la posibilidad de negociar garantías adicionales en el contrato de compraventa, como penalizaciones por retrasos en la entrega o compromisos específicos respecto a calidades. Aunque estas garantías contractuales dependen de la negociación con cada promotor, pueden proporcionar una capa adicional de seguridad para el comprador.
Viviendas de segunda mano: consideraciones técnicas y potencial de reforma
El parque inmobiliario español de segunda mano presenta una extraordinaria heterogeneidad, con viviendas que abarcan desde construcciones centenarias hasta edificios relativamente recientes. Esta diversidad implica que las consideraciones técnicas varían enormemente en función de la antigüedad, tipología constructiva y estado de conservación del inmueble. Según el Instituto Nacional de Estadística, aproximadamente el 55% de las viviendas españolas fueron construidas antes de 1980, lo que supone características constructivas significativamente diferentes a los estándares actuales.
Las viviendas de segunda mano ofrecen como principal ventaja la posibilidad de visualizar exactamente lo que se está adquiriendo, eliminando la incertidumbre asociada a comprar sobre plano. Sin embargo, esta aparente seguridad debe complementarse con una evaluación técnica profesional que identifique posibles patologías ocultas o necesidades de intervención a corto y medio plazo.
El potencial de reforma constituye simultáneamente un reto y una oportunidad. Por un lado, permite adaptar completamente la vivienda a las necesidades y gustos personales; por otro, implica gestionar un proceso complejo que puede extenderse durante meses y cuyo coste final resulta difícil de predecir con exactitud. La planificación meticulosa y el asesoramiento técnico cualificado resultan esenciales para minimizar imprevistos.
Evaluación estructural y diagnóstico de patologías comunes en edificios anteriores a 1980
Los edificios construidos antes de 1980 presentan particularidades estructurales que requieren especial atención durante el proceso de compra. Hasta la aparición de la primera normativa sísmica en 1968 y la norma EH-68 para hormigón armado, muchas estructuras se diseñaron con criterios menos exigentes que los actuales. Esto no implica necesariamente problemas de seguridad, pero sí características diferenciadas que deben evaluarse adecuadamente.
Entre las patologías más comunes en estos edificios destacan las relacionadas con la carbonatación del hormigón y la corrosión de armaduras, especialmente en zonas costeras o con alta contaminación ambiental. La aluminosis , un problema específico en forjados fabricados con cemento aluminoso entre 1950 y 1970, afecta principalmente a determinadas zonas geográficas y requiere estudios especializados para su detección.
Las instalaciones eléctricas anteriores al Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión de 1973 carecen frecuentemente de toma de tierra adecuada y utilizan secciones de cable insuficientes para las demandas actuales. Su actualización suele ser imprescindible no solo por seguridad sino para soportar el consumo de los electrodomésticos modernos.
La presencia de materiales actualmente en desuso como el plomo en instalaciones de fontanería, el amianto en bajantes o cubiertas, o determinados aislamientos con componentes potencialmente nocivos requiere una evaluación cuidadosa y puede implicar costes adicionales de retirada siguiendo protocolos específicos.
Costes reales de rehabilitación energética y actualización de instalaciones
La mejora del comportamiento energético representa uno de los principales motivos para rehabilitar viviendas de segunda mano. Los costes asociados varían notablemente según el estado inicial y el nivel de mejora deseado. Una rehabilitación energética básica, que incluya sustitución de carpinterías y refuerzo de aislamiento en fachadas, puede suponer entre 150-250€/m², mientras que una intervención integral que incorpore renovación completa de instalaciones puede elevarse hasta 500-700€/m².
La actualización de instalaciones constituye frecuentemente un coste significativo y a menudo subestimado. La sustitución completa
de instalaciones eléctricas puede costar entre 3.000-6.000€ para una vivienda estándar, dependiendo de la accesibilidad y el estado de los conductos existentes. La renovación de fontanería, especialmente si implica sustituir tuberías antiguas incrustadas en muros o forjados, puede suponer entre 4.000-8.000€. Estos costes se incrementan significativamente si es necesario intervenir en zonas húmedas como baños y cocinas.
Los sistemas de climatización representan otra partida importante. La instalación de calefacción por radiadores puede oscilar entre 6.000-10.000€, mientras que sistemas más eficientes como suelo radiante pueden alcanzar los 15.000-20.000€ para una vivienda de 90m². La instalación de aerotermia, aunque proporciona excelentes resultados a largo plazo, supone una inversión inicial de entre 10.000-15.000€ para una vivienda tipo.
La rehabilitación energética debe plantearse como una inversión a largo plazo: el sobrecoste inicial se amortiza mediante el ahorro en consumo energético y el incremento de valor del inmueble rehabilitado.
Es importante destacar que existen líneas de financiación específicas para rehabilitación energética, como las ofrecidas por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o determinadas entidades financieras, que permiten afrontar estos costes con condiciones ventajosas. Adicionalmente, diversas ayudas y subvenciones pueden reducir significativamente la inversión necesaria.
ITE, IEE y certificados energéticos en el proceso de compraventa
El proceso de compraventa de una vivienda de segunda mano implica la revisión de documentación técnica específica que proporciona información valiosa sobre el estado del inmueble. La Inspección Técnica de Edificios (ITE) o su evolución más reciente, el Informe de Evaluación del Edificio (IEE), resultan fundamentales para conocer la situación general del edificio. Estos documentos evalúan aspectos estructurales, de estanqueidad, instalaciones comunes y accesibilidad, identificando posibles deficiencias que requieran intervención.
El Certificado de Eficiencia Energética (CEE) es obligatorio en cualquier operación de compraventa desde 2013. Este documento clasifica la vivienda en una escala de A (máxima eficiencia) a G (mínima eficiencia) y proporciona información sobre el consumo energético estimado y las emisiones de CO₂ asociadas. En el parque inmobiliario español de segunda mano, más del 85% de las viviendas se sitúan en las categorías E, F o G, lo que indica un amplio margen de mejora en términos de eficiencia.
Es recomendable que el comprador solicite estos documentos antes de formalizar la operación, analizándolos cuidadosamente con asesoramiento técnico si fuera necesario. La identificación de deficiencias graves en la ITE/IEE puede utilizarse como elemento de negociación en el precio o incluso como salvaguarda para desistir de la compra si las intervenciones necesarias resultan excesivamente costosas o complejas.
Subvenciones y ayudas para reformas: plan de rehabilitación y regeneración urbana
El panorama de ayudas para rehabilitación ha experimentado un impulso significativo gracias a los fondos europeos Next Generation. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia destina más de 6.800 millones de euros a la rehabilitación residencial y regeneración urbana, configurando el mayor programa de incentivos a la rehabilitación en la historia reciente de España.
Entre las principales líneas de ayuda destacan los programas de rehabilitación para la mejora de la eficiencia energética, que pueden financiar hasta el 80% del coste de determinadas actuaciones siempre que consigan una reducción del consumo energético superior al 30%. Estas ayudas son gestionadas por las Comunidades Autónomas y pueden solicitarse tanto por particulares como por comunidades de propietarios.
Adicionalmente, existen deducciones fiscales específicas en el IRPF por obras de mejora de eficiencia energética, que pueden alcanzar el 60% de la inversión realizada cuando la reducción de la demanda energética es superior al 30%. Estas deducciones tienen límites específicos y plazos de aplicación definidos, por lo que es recomendable consultar la normativa vigente antes de iniciar las obras.
Los municipios también ofrecen frecuentemente programas propios de ayudas para rehabilitación, especialmente en cascos históricos o áreas de especial protección. Estas subvenciones suelen ser compatibles con otras ayudas regionales o estatales, aunque con límites en los porcentajes acumulados sobre el coste total.
Financiación y fiscalidad diferenciada según tipología de vivienda
La estructura financiera y fiscal de la adquisición inmobiliaria presenta diferencias sustanciales según se trate de obra nueva o segunda mano. Las entidades financieras suelen ofrecer condiciones diferenciadas para cada tipología, con productos hipotecarios específicamente diseñados que pueden incluir periodos de carencia durante la construcción para vivienda nueva, o financiación adicional para reformas en vivienda usada.
En términos generales, las hipotecas para obra nueva suelen presentar tipos de interés ligeramente más favorables, reflejando el menor riesgo percibido por las entidades financieras debido a la modernidad de las construcciones y sus garantías asociadas. La financiación puede alcanzar hasta el 80% del valor de tasación en obra nueva, mientras que en segunda mano raramente supera el 70-75% si la vivienda requiere reformas significativas.
La fiscalidad representa otro ámbito de diferenciación notable. Además de la distinción ya mencionada entre IVA (obra nueva) e ITP (segunda mano), existen implicaciones adicionales. Las viviendas de obra nueva incluyen en su precio la participación proporcional en el suelo, que constituye un activo no amortizable fiscalmente. En cambio, en viviendas de segunda mano, el comprador puede beneficiarse de la amortización del inmueble (excluyendo el valor del suelo) si lo destina al alquiler, con un porcentaje anual del 3% sobre el valor de adquisición de la construcción.
Los gastos asociados a la compra también presentan estructuras diferentes. La obra nueva suele implicar desembolsos adicionales como el pago del Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD) al firmar la escritura de obra nueva y división horizontal, coste que en vivienda usada ya fue asumido por propietarios anteriores. Por contra, la segunda mano puede generar gastos complementarios en asesores técnicos para evaluar su estado o en gestores para verificar cargas y situación urbanística.
Factores urbanísticos: ubicación, servicios y plusvalía a largo plazo
La dimensión urbanística constituye un factor determinante en la evaluación comparativa entre obra nueva y segunda mano. Las viviendas existentes suelen ubicarse en zonas urbanas consolidadas, con infraestructuras, equipamientos y servicios plenamente desarrollados. Este aspecto resulta especialmente relevante para perfiles que valoran la centralidad, la proximidad a centros educativos o sanitarios establecidos, o la accesibilidad mediante transporte público con redes ya operativas.
Las promociones de obra nueva, por su parte, tienden a situarse en nuevos desarrollos periféricos o en zonas de reconversión urbana. Estas ubicaciones pueden ofrecer ventajas significativas a medio plazo, como un urbanismo planificado con estándares actuales, mayor proporción de zonas verdes o comerciales o infraestructuras de movilidad diseñadas para reducir congestión. Sin embargo, la consolidación completa de estos entornos puede requerir varios años, implicando una etapa transitoria donde determinados servicios pueden resultar insuficientes.
La evolución del valor inmobiliario presenta patrones diferenciados según la tipología. Las viviendas nuevas experimentan generalmente una depreciación inicial más acusada durante los primeros años, siguiendo una curva descendente que tiende a estabilizarse posteriormente. En contraste, las viviendas de segunda mano en zonas consolidadas suelen mantener mejor su valor, especialmente en ubicaciones céntricas con escasez de suelo disponible para nuevos desarrollos.
El potencial de revalorización a largo plazo debe evaluarse considerando factores como la evolución demográfica de la zona, las tendencias socioeconómicas del barrio, los proyectos de infraestructura previstos o las perspectivas de regeneración urbana. Un análisis riguroso de estos elementos puede proporcionar indicios sobre la evolución futura del valor del activo, aunque siempre sujeto a la incertidumbre inherente al mercado inmobiliario.
Situaciones específicas del comprador que condicionan la decisión
Las circunstancias particulares de cada comprador influyen decisivamente en la idoneidad de cada opción inmobiliaria. El análisis debe trascender los aspectos meramente técnicos o económicos para contemplar factores personales como el horizonte temporal de la inversión, la disponibilidad de recursos adicionales para afrontar reformas, la urgencia en la ocupación o la flexibilidad para adaptarse a retrasos en entregas de obra.
La situación familiar representa otro factor determinante. Hogares con niños pequeños pueden valorar especialmente la seguridad de instalaciones modernas y la disponibilidad de zonas comunes en promociones nuevas. Por contra, familias numerosas o con personas mayores pueden priorizar la amplitud típica de viviendas antiguas o su ubicación cercana a servicios esenciales ya consolidados.
El perfil profesional también condiciona la decisión. Personas con alta movilidad laboral pueden preferir viviendas que no requieran inversiones significativas en reformas, mientras que profesionales establecidos con perspectivas de permanencia a largo plazo pueden valorar el potencial de personalización que ofrece la segunda mano como una ventaja relevante.
Inversores vs. primera vivienda: análisis de rentabilidad por zonas
El perfil inversor presenta consideraciones específicas que difieren sustancialmente del comprador de primera vivienda. Para el inversor, la rentabilidad constituye el factor primordial, calculada como el cociente entre los ingresos netos generados y el capital invertido. Según datos del portal inmobiliario Idealista, la rentabilidad bruta del alquiler residencial en España oscila entre el 4% y el 7%, con variaciones significativas según localización y tipología.
Las viviendas de segunda mano en zonas céntricas de grandes ciudades suelen ofrecer rentabilidades más estables aunque moderadas (4-5%), con menor riesgo de desocupación y perspectivas de revalorización consistentes. La obra nueva en áreas periféricas puede proporcionar rentabilidades iniciales más elevadas (5-7%) pero con mayor volatilidad y dependencia de la consolidación urbanística de la zona.
El crecimiento del turismo urbano ha generado una segmentación adicional con el alquiler vacacional, que puede duplicar la rentabilidad del alquiler tradicional en determinadas ubicaciones. Sin embargo, esta modalidad implica mayores costes de gestión y está sujeta a crecientes restricciones normativas en numerosos municipios.
Para el comprador de primera vivienda, la ecuación prioriza aspectos como la adecuación a necesidades familiares, la proximidad al centro de trabajo o la calidad del entorno residencial. La vivienda no se evalúa primordialmente como activo generador de rentabilidad sino como espacio vital, aunque consideraciones sobre su revalorización futura siguen siendo relevantes en el proceso de decisión.
Necesidades familiares y ciclo vital: adaptación y accesibilidad
El ciclo vital del comprador y la composición familiar constituyen variables determinantes en la elección inmobiliaria. Parejas jóvenes sin hijos pueden priorizar la modernidad y eficiencia de viviendas nuevas, mientras que familias en crecimiento pueden valorar más la amplitud y posibilidades de redistribución que ofrecen viviendas antiguas, generalmente con superficies mayores por el mismo presupuesto.
La accesibilidad adquiere especial relevancia para compradores de edad avanzada o con diversidad funcional. Las promociones nuevas cumplen con normativas actuales en materia de accesibilidad universal, garantizando anchos de puerta adecuados, ausencia de barreras arquitectónicas y disponibilidad de ascensores. Las viviendas antiguas frecuentemente presentan limitaciones en este ámbito, con reformas para adaptación que pueden resultar costosas o incluso inviables por condicionantes estructurales.
La distribución espacial presenta diferencias significativas según la época constructiva. Viviendas anteriores a 1980 suelen ofrecer mayor compartimentación, con numerosas estancias independientes que pueden resultar idóneas para familias con hijos adolescentes o personas con necesidad de espacios diferenciados. Las construcciones actuales tienden a espacios abiertos y multifuncionales, favoreciendo la socialización familiar pero con posibles limitaciones de privacidad.
Plazos de entrega y urgencia habitacional: soluciones intermedias
La temporalidad constituye un factor crítico frecuentemente subestimado. La compra de vivienda nueva sobre plano implica plazos de espera que pueden oscilar entre 18 y 36 meses, periodo durante el cual el comprador debe resolver su situación habitacional mientras afronta los pagos comprometidos con el promotor. Esta circunstancia puede resultar inasumible para perfiles con necesidad inmediata de vivienda, como quienes se trasladan por motivos laborales o atraviesan cambios familiares como separaciones o nacimientos.
La vivienda de segunda mano ofrece la ventaja de disponibilidad inmediata tras la formalización de la compraventa, aunque si requiere reformas significativas puede implicar también periodos transitorios complejos. Algunas promociones de obra nueva finalizadas o en fase avanzada de construcción pueden representar una solución intermedia, combinando modernidad con plazos de entrega reducidos, aunque generalmente con menor margen de personalización.
Diversas fórmulas contractuales como el arrendamiento con opción a compra permiten soluciones híbridas, facilitando la ocupación inmediata mientras se formaliza progresivamente la adquisición. Esta modalidad resulta especialmente adecuada para perfiles jóvenes con expectativas de mejora económica a medio plazo o para quienes desean "testar" una ubicación antes de comprometerse definitivamente.